Sunday, December 11, 2016

Tu legado...

Me siento regresando de un lugar sin tiempo. En mi mente se proyectan imágenes que parecen parte de una obra que sucede solo en la mente de su creador.

Vida, muerte, encuentro, milagros, amor... todo sucedió tan rápido y ha sido tan perfecto que es como si estuviera en primera fila, observando cómo se crea una obra de arte.

No puede caber duda de la presencia del misterio, sin importar si le ponemos algún nombre o si intentamos darle una explicación que satisfaga nuestra mente escéptica.
Eso no importa en lo absoluto.

Lo cierto es que mi madre ha partido, en medio de un concierto de amor infinito, en medio de una provocación amorosa que nos desafía a trascendernos, a mirarnos a los ojos y simplemente a amarnos en nuestras diferencias insignificantes y a unirnos en nuestras inmensas similitudes.

La profunda fe de mi madre, su compasión y tolerancia con todas las miradas, su ausencia total de dogmatismo, su humildad espiritual a toda prueba, su capacidad de ver la belleza en los opuestos, de abrir su mente y su corazón a lo nuevo, a lo posible, permitió que tuviéramos una amistad espiritual sin límites. Me permitió ser y divagar a su lado, y descubrir juntos toda clase de convergencias en universos aparentemente disímiles.

Madre, fuiste un regalo para el deleite de mi buscador escéptico y para todas mis vivencias espirituales en las cuales también siempre te sentiste reflejada.ç

Tu legado es de integración, de encuentro y humildad. Tu legado es una invitación abierta a ser juntos en el amor que nos une, lejos de verdades absolutas y muy cerca de nuestra profunda humanidad que se refleja en los ojos dulces de ese Jesús que también me miró y que me invitó a creer en el único y verdadero mandamiento que trasciende todas las creencias: el amor.

Thursday, December 01, 2016

Volando a verte...

Madre, voy volando a verte.

Me duele mucho saber que estás sufriendo y que no hay nada que yo pueda hacer para aliviarte. He escuchado tu voz cansada y tus sabias palabras de siempre. Fue muy lindo lo que le dijiste a las niñas y la forma como has estado expresando tus sentimientos para todos los que estamos cerca de ti. Tal y como siempre lo has hecho, aunque en esta oportunidad con un inocultable dolor, como sintiendo el peso de tu impermanencia y de tu vulnerabilidad.

Te vi leyendo tu biblia y citando palabras que a todos nos dan consuelo y fuerza. Han llegado a ti las oraciones de todos tus hermanos, hijos y nietos… recordándonos que siempre estamos en manos de esa fuerza superior que llamamos Dios. Aunque realmente no importa el nombre que le pongamos, las creencias que tengamos, o el tamaño de nuestra fe… la presencia inevitable de la enfermedad, el dolor y de la muerte, nos recuerda nuestra finitud humana. Esta es la realidad que sabemos y que tememos. La realidad que evitamos a como de lugar y que negamos cuando la tenemos frente a nosotros. Es como una amenaza silenciosa y traicionera que pareciera estar escondida en cualquier rincón esperando a tomarnos desprevenidos y atacarnos sin compasión.

¿Porqué? ¿Porque tiene que ser de esta manera? ¿Porqué tememos y sufrimos el inevitable camino de regreso a nuestro origen, cualquiera que este sea? ¿Porqué?

Hoy quiero revelarme a ello, sintiendo mío tu dolor y haciendo propio tu temor. ¿Cómo podríamos vivir todo estor en una forma diferente?

Hace ya un par de semanas que ando trayendo una frase de John Roger que se me quedó pegada: “Una vez que has experimentado el viaje del alma y otros niveles con mayor profundidad, la “muerte” adquiere otro significado y ya no se ve como algo definitivo sino como un movimiento hacia lo que sigue para ti”

Es como cuando estamos a punto de terminar el colegio y tenemos la perspectiva de iniciar la universidad… tenemos miedo de dejar lo conocido pero nos entusiasma el desafío de ese nuevo camino que pronto vamos a empezar. La enfermedad y el dolor nos anticipan ese momento temido y nos aterra empezar a experimentarlo, porque sabemos que solo es cuestión de tiempo, para dar el paso, para despedirnos de lo conocido y adentrarnos en el misterio profundo de la vida. 

¿Cómo estar preparados para ello? ¿Cómo recibirlo con alegría? ¿Cómo celebrar nuestra humanidad cuando te veo empezar a irte, o cuando sé que también mis amores cercanos lo empezarán a hacer poco a poco y que en algún momento  también yo lo haré?

Y cuando digo esto no creo que vayas a morir en esta oportunidad. Pido a Dios que no sea así y que nos permita estar un tiempo más juntos para aprender de esta inevitable realidad. Somos como una barquita sin timón, como tu lo decías en ese poema al que Tato le puso música: “….”
Lelu hace un par de días tuvo una extraordinaria vivencia que aún no conozco en su detalle, pero de la cual estas palabras y esta imagen forman parte. Tengo la certeza que algo hermoso viene junto con todo esto, solo si nos permitimos verlo con los ojos del amor, el desapego y el asombro.

Hay algo que tiene que ver con soltar, con “despertar” a una realidad mayor. Vivimos aferrados a nuestros afanes de cada día, a nuestros desafíos laborales, a nuestras necesidades cotidianas, a nuestros seres queridos. ¿Qué pasaría si anticipamos lo inevitable y empezamos a vivir de una manera diferente?

Amor, gentileza, compasión,

May I be happy, may I be safe, may I be healthy… 

Wednesday, May 11, 2016

La historia de Wakj

era una tarde de verano del año 7.457.988 a.c. en una cueva ubicada al pie de un monte cercano a una planicie de la selva africana. lucy iniciaba el trabajo de parir a su quinta cría.

habían pasado otros tantos millones de años desde el último avance glacial, durante los cuales los hielos habían retrocedido y los períodos de frío fueron reemplazados por intensas lluvias que hicieron subir el nivel del mar. poco a poco, el paisaje y el clima del planeta fueron tomando una nueva fisonomía. todas estas transformaciones climáticas determinaron una gran variación en la flora y la fauna terrestres.

lucy era la descendiente directa de un grupo de primates superiores que había comenzado algunos miles de años antes a bajar de los árboles al suelo. la selva había comenzado a reducirse y debían buscar alimento en el suelo, a campo abierto, para sobrevivir. los ancestros de lucy caminaban apoyándose sobre los nudillos de sus manos, pero poco a poco se fueron irguiendo y desde hacía ya varias generaciones que habían liberado sus manos pudiendo empuñar piedras y palos para matar pequeños animales o para defenderse de los grandes mamíferos.

lucy era una primate especial. tenía un brillo diferente en su mirada que por supuesto no podía ser percibida por sus congéneres. ella se quedaba durante largas horas mirando el horizonte, atraída por la profundidad y la intuición de que algo interesante sucedía más allá de donde su vista alcanzaba. en ese momento ya había parido cuatro crías saludables, inquietas y juguetonas. no bien lograban dar sus primeros pasos solos y salían corriendo saltando de matorral en matorral, subiendo y bajando de los árboles.

su quinta cría sería diferente. wakj nació igual que sus hermanos, sólo que tardó mucho más tiempo en lograr moverse por sus propios medios. se veía inseguro e indefenso. era claro que la dependencia de su madre era mucho mayor. lucy empezó a observarlo de una manera diferente que a sus otros hijos, como si de alguna forma reconociera la inmensidad del horizonte que antes le embelesaba, reflejada en los ojos de wakj, quien había heredado el mismo brillo de la mirada de su madre.

lucy y wakj pasaban mucho tiempo mirándose uno al otro. se reconocían, se acariciaban, se cuidaban mutuamente. pronto wakj empezó a producir unos sonidos diferentes que llamaban la atención de la manada. acostumbrados a los chillidos y a los gritos de todos los días, quedaban sorprendidos cuando escuchaban una especie de quejido gutural acompañado de un gesto inusitado en su rostro. es como si estuviera haciendo un gran esfuerzo por controlar los sonidos que emitía. wakj se llevaba las manos al rostro e intentaba sentir la fuerza del aire expelido por su boca. poco a poco fue dominando mejor los sonidos y empezó a jugar con algunas combinaciones. “mmmm ap… mmmmm”, algo así podría escucharse que decía. esos sonidos iban por lo general acompañados de algunos signos, posiciones y actitudes corporales.

wakj señalaba a su madre y a su padre pronunciando sonidos diferentes que cuando señalaba a sus hermanos o a los otros miembros de la manada. también cuando tenía hambre o le ofrecía algo de comer a sus hermanos, hacía gestos extraños que incluían algunos abrazos que bien podían leerse como expresiones amorosas.

wakj, solía alejarse regularmente del territorio de su manada para explorar otros lugares. caminaba bastante más erguido que sus hermanos y miraba cuidadosamente todo lo que iba encontrando a su paso. tocaba la textura de las hojas de los árboles, olía el aroma de las flores, escuchaba el sonido del río y del viento, descubría el calor del sol sobre su piel. a veces se quedaba embelesado contemplando el vuelo inquieto de un colibrí o el majestuoso despliegue de un águila escudriñando en el cielo por su próxima presa. wakj era un gran observador, que disfrutaba de conocer todo lo que la naturaleza ponía en su camino..

pero el lugar preferido de wakj era un árbol, bajo cuya sombra se sentaba por largas horas, mientras acariciaba una manzana antes de comerla. tomaba la manzana, la miraba, la olía, la tiraba hacia arriba y la recogía con su mano derecha, la mordía lentamente y suspiraba. definitivamente algo estaba pasando por su cabeza. recostado sobre el tronco del árbol miraba el horizonte, el mismo horizonte que tanto atraía a su madre. su mirada era la misma. wakj pensaba algo, no había duda

Ensayando un "credo"

creo en el amor.

creo en no conformarme con explicaciones fáciles, que me invitan a prácticas humanas que pretenden ser divinas.

creo en ir siempre más allá.

creo en la búsqueda permanente de las respuestas esquivas.

creo que la conexión con dios es personal.

creo en la búsqueda de una claridad universal, una visión amplia, cósmica, liberadora y no conductista.

creo en la libertad sin límites. creo en un dios que es simplemente la suma de todos nosotros. creo en la lucha por derribar las barreras entre las personas, mirarnos a los ojos y “recordar” que somos “uno”.

creo en las enseñanzas de jesús, la iluminación del buda, las palabras de krisnamurti, la sabiduría de anthony de melo, la genialidad de osho, las locuras de los físicos cuánticos, la doctrina de los evangélicos, la grandeza del dalai lama, la entrega de la madre teresa, la determinación de gandhi y el amor de mi madre.

creo que el cielo se construye aquí y ahora… y que ya estamos allí.

creo que debemos caminar de la mano de “el” (cualquiera que sea el nombre que le demos) sabiendo que estamos recorriendo juntos el único camino posible: el del amor.

Monday, April 11, 2016

The God Bang Theory

en el principio uno era todo

ciertamente este era un lugar extraño, suponiendo que lo pudiéramos llamar un lugar. para empezar no sería fácil darle una ubicación específica; tal vez la expresión “está en medio de la nada” podría aplicarse en este caso. en efecto no había nada alrededor.

también podría decirse que era un lugar tan callado que se escucha hasta el silencio. indudablemente en este lugar imperaba un silencio profundo, reverencial, como “ahuecado”, algo así como un silencio que se envuelve en sí mismo… mmmmm ¿se imaginan un silencio envolviéndose en si mismo?...

era silencioso y luminoso. ¿luminoso? no estoy muy seguro, ahora que lo pienso mejor, no podría decir con certeza si era de día o de noche. era como una profunda y clara oscuridad, o una obscura e incomensurable claridad.

y en medio de ese extraño lugar podía sentirse una presencia, como si se tratara del lugar mismo. si yo fuera animista, diría que era el espíritu del lugar. en verdad no podía ubicarlo en el espacio, ni tampoco precisar su forma… tal vez si un sonido. algo como una especie de murmullo o de susurro.

mmmmmm…. si, era un murmullo, un susurro, un sonido sin materia, algo parecido a un tremor sin origen claro. lo envolvía todo y hacía pensar que en medio de aquella nada, ciertamente había “algo”.

no había duda de que “algo” existía allí. era una presencia también extraña. era sólida y sutil. era inmensa y diminuta. era tranquila y amorosa. era como si cubriera con un manto silencioso toda aquella nada.

vamos a llamarla uno, para poder referirnos a esa presencia, porque a pesar de que no emitiera sonidos, indudablemente tenía pensamientos y sensaciones. uno estaba allí, en un rincón, ocupando todo el espacio sin forma. uno sentía una gran paz y tranquilidad. no había nada que pudiera perturbarlo. bueno, en realidad es que no había nada, literalmente hablando. uno pasaba los días y las horas, una tras otra, sin ninguna diferencia entre si; aunque pensándolo bien, no podría decirse que existiera algo así como el paso del tiempo. a uno le era difícil imaginarse que hubo un ayer o que habría un mañana, es como si viviera en un eterno presente, donde todo pasaba y nada pasaba.
y en realidad pasaba todo, porque sus sensaciones y pensamientos eran de una inmensa riqueza. uno podía ver toda clase de colores y movimientos surgiendo y desapareciendo en su consciencia. no podría decirse que eran recuerdos, porque uno no había tenido ninguna experiencia que pudiera recordar. tal vez era algo así como convulsiones cognitivas o volutas creativas o sacudidas sensitivas… mmmm… igual era muy raro todo aquello.

lo único cierto es que uno estaba allí, en silencio, en medio de la inmensidad y siendo la inmensidad misma, sin poder comprender el límite entre él y cualquier otra cosa. en algún momento, algo parecido a un pensamiento empezó a tomar forma en su conciencia. ¿conciencia? si, parece que uno experimentaba algún tipo de conciencia, como si se diera cuenta de algo más allá de si mismo, que tal vez fuera él mismo. un pensamiento extraño, desconocido, como vacío. uno se preguntaba que hacía allí en medio de la nada, siendo nada y al mismo tiempo siendo todo. una situación algo absurda y contradictoria que uno se esforzaba por entender. sin embargo, por más esfuerzo que hiciera no podía comprender esta cosa paradojal de su existencia.

uno era todo y al mismo tiempo era nada.

y el pensamiento continuaba haciéndose presente y empezando a volverse algo incómodo, aunque uno no podría diferenciar entre comodidad e incomodidad. la imagen que intentaba formarse en su conciencia era en realidad vacía, carente de toda referencia a nada. vacía, vacía, vacía…

uno se sentía vacío… o vacía, porque tampoco podría decirse que uno tuviera género. uno era un inmenso vacío en sí mismo.

y la incomodidad parecía ir en aumento. uno se movía inquieto, aunque en realidad no se movía, porque no había un espacio donde pudiera hacerlo. sin embargo sentía como que se movía o como si quisiera moverse. empezó a sentirse atrapado en algo que era el mismo, porque fuera de él mismo no había nada. era muy loco todo aquello. la sensación de estar atrapado en si mismo, empezó a ocupar toda su conciencia, empezando a hacerse insoportable.

a uno nunca le había pasado algo así. aunque no hubiera tiempo en aquel lugar ese nunca parecía real. uno nunca se había sentido vacío, porque él era todo lo presente. sin embargo no cabía duda, uno estaba muy inquieto.

y el tiempo pasaba, o no pasaba lo cual era peor aún para su inquietud que seguía en un aumento constante. era como si algo estuviera creciendo en su interior. era una presencia en medio de la presencia.

y el murmullo empezó a transformarse en un sonido más sólido, algo parecido a un rugido… primero suave y luego más fuerte. sí, era un rugido acompañado por un extraño movimiento en medio de la inmensa nada. uno pareciera envolverse en sí mismo con una fuerza y ansiedad inusitadas. uno se retorcía en un movimiento espiralado, lleno de colores y destellos. el rugir se hacía mucho más sólido ocupándolo todo y llenando cada rincón de su conciencia. el giro de la espiral era cada vez más vertiginoso, creciente e incontenible. uno parecía estar convulsionando en ilimitados estertores. luz, oscuridad, silencio, estruendo, quietud, movimiento, contracción, expansión...

uno se contraía y se expandía ocupándolo todo, siendo todo en medio de la nada. era algo que estaba allí…no se sabe de dónde surgió pero estaba allí. era algo muy caliente y muy denso, que empezó a tomar forma en el espacio y en la conciencia. uno sentía como si estuviera muriendo, o tal vez naciendo.

en su conciencia empezó a aparecer una sensación de totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas, de la materia, de la energía y del movimiento. en algún momento se volvió transparente y las fuerzas que uno empezaba a experimentar dejaban sentir su influencia bajo la cual comenzaron a crecer pequeñas heterogeneidades dentro de si mismo, atrayendo toda la conciencia circundante. uno empezó a transformarse en una especie de gran nube que se expandía rápidamente en medio de una nada que se convertía en existencia.

y hubo algo parecido a una explosión. una gran liberación de energía en el espacio, una fragmentación en la conciencia de uno.

y todo se tornó incierto. donde antes no había nada, ahora estaba todo, existiendo, vibrando, expandiéndose, conociéndose…

uno dejó de existir.

uno nunca más volvería a estar solo.

Friday, March 11, 2016

Viviendo con la paradoja

el poder de la paradoja...

paradoja: expresión en la que hay una incompatibilidad aparente, que está resuelta en un pensamiento más profundo del que la enuncia; como en “el que no tiene nada lo tiene todo”

vivimos en la paradoja. somos habitantes de un mundo lleno de contradicciones profundas, del total sin sentido y del total sentido. destruimos para construir y construimos para destruir.

hay paradojas en cada paso que damos hacia algo nuevo en nuestras vidas. en la medida en que somos más nosotros mismos, somos menos nosotros mismos.

muchas religiones se basan en un planteamiento paradojal: jesucristo vino a “morir” para revelarnos la verdadera “vida”. en el taoísmo y en el budismo se habla de la “eternidad del instante” que no es otra cosa que entender la vida en un eterno presente donde el pasado y el futuro no existen ni como historia ni como preocupación. dios es “principio y fin” de todas las cosas.

pero por otro lado el conflicto se instala cuando en lo cotidiano prima la concepción racionalista tradicional, donde se entienden los procesos como líneas continuas, planes que se ejecutan, vidas que se realizan, cielos que se alcanzan, resultados que se obtienen. y ahí está precisamente la trampa: los planes no se ejecutan, las vidas toman rumbos inesperados, el cielo nunca llega, los resultados son siempre insuficientes, la felicidad se resbala en cada paso... parece que no existiera ningún objetivo que alcanzar, porque el objetivo nunca se alcanza. y si el objetivo nunca se alcanza, ¿para qué tenemos objetivos?

parece un juego de palabras. y “es” un juego de palabras. de hecho es un juego que hay que jugar sin preocuparse por lo que pueda pasar, porque pase lo que pase no pasará nada... y lo pasará todo!!

a ver, más despacio: si pensamos en la importancia de nuestras vidas, vamos a descubrir el verdadero valor en la perspectiva de la poca importancia de nuestras vidas. nuestra existencia es insignificante en el concierto del universo, cada evento que pasa cada día es insignificante en la dimensión de nuestra propia historia, pero al mismo tiempo es absolutamente trascendente en la historia de nuestro propio ser.

todo importa y nada importa. alguien decía: “para que tomarnos la vida tan en serio si al final de todas maneras no saldremos vivos”.  ¿será cierto que vivimos para morir? ¿entonces porque no morir ahora?

y si cada instante de hoy lo viviéramos en la absoluta despreocupación por lo que venga y en la absoluta “presencia” intensa en lo que estamos viviendo, ¿no lograríamos entonces darle el más profundo significado a toda nuestra vida en esa continuidad del presente eterno?

las voces sabias nos invitan a “soltarlo todo, para tenerlo todo”. a “dejar de buscar para encontrar”. ¿fe? ¿locura? ¿misticismo? todo y nada encerrado en un solo momento. yo y el otro que no son sino lo mismo.


vivir en la conciencia de la paradoja abre espacios nuevos, genera nuevas posibilidades... porque al final todo importa tanto, que nada importa nada.