Friday, March 11, 2016

Viviendo con la paradoja

el poder de la paradoja...

paradoja: expresión en la que hay una incompatibilidad aparente, que está resuelta en un pensamiento más profundo del que la enuncia; como en “el que no tiene nada lo tiene todo”

vivimos en la paradoja. somos habitantes de un mundo lleno de contradicciones profundas, del total sin sentido y del total sentido. destruimos para construir y construimos para destruir.

hay paradojas en cada paso que damos hacia algo nuevo en nuestras vidas. en la medida en que somos más nosotros mismos, somos menos nosotros mismos.

muchas religiones se basan en un planteamiento paradojal: jesucristo vino a “morir” para revelarnos la verdadera “vida”. en el taoísmo y en el budismo se habla de la “eternidad del instante” que no es otra cosa que entender la vida en un eterno presente donde el pasado y el futuro no existen ni como historia ni como preocupación. dios es “principio y fin” de todas las cosas.

pero por otro lado el conflicto se instala cuando en lo cotidiano prima la concepción racionalista tradicional, donde se entienden los procesos como líneas continuas, planes que se ejecutan, vidas que se realizan, cielos que se alcanzan, resultados que se obtienen. y ahí está precisamente la trampa: los planes no se ejecutan, las vidas toman rumbos inesperados, el cielo nunca llega, los resultados son siempre insuficientes, la felicidad se resbala en cada paso... parece que no existiera ningún objetivo que alcanzar, porque el objetivo nunca se alcanza. y si el objetivo nunca se alcanza, ¿para qué tenemos objetivos?

parece un juego de palabras. y “es” un juego de palabras. de hecho es un juego que hay que jugar sin preocuparse por lo que pueda pasar, porque pase lo que pase no pasará nada... y lo pasará todo!!

a ver, más despacio: si pensamos en la importancia de nuestras vidas, vamos a descubrir el verdadero valor en la perspectiva de la poca importancia de nuestras vidas. nuestra existencia es insignificante en el concierto del universo, cada evento que pasa cada día es insignificante en la dimensión de nuestra propia historia, pero al mismo tiempo es absolutamente trascendente en la historia de nuestro propio ser.

todo importa y nada importa. alguien decía: “para que tomarnos la vida tan en serio si al final de todas maneras no saldremos vivos”.  ¿será cierto que vivimos para morir? ¿entonces porque no morir ahora?

y si cada instante de hoy lo viviéramos en la absoluta despreocupación por lo que venga y en la absoluta “presencia” intensa en lo que estamos viviendo, ¿no lograríamos entonces darle el más profundo significado a toda nuestra vida en esa continuidad del presente eterno?

las voces sabias nos invitan a “soltarlo todo, para tenerlo todo”. a “dejar de buscar para encontrar”. ¿fe? ¿locura? ¿misticismo? todo y nada encerrado en un solo momento. yo y el otro que no son sino lo mismo.


vivir en la conciencia de la paradoja abre espacios nuevos, genera nuevas posibilidades... porque al final todo importa tanto, que nada importa nada.