Sunday, December 15, 2019

Respirar, vivir, morir

Al nacer tomamos nuestra primera inhalación, al morir exhalamos nuestro último aliento… la vida en efecto es solo una gran respiración de muchas respiraciones…

 Inhalar... exhalar...  Al inhalar mis pulmones se llenan de aire, de vida, de energía. Al exhalar, eliminamos dióxido de carbono, soltamos los respirado, devolvemos lo tomado. Inspiramos... expiramos... Vivimos... morimos... La respiración, ese simple ir y venir del aire en nuestro cuerpo, es una perfecta metáfora de la vida.  Respiramos aproximadamente 30.000 veces por día. Eso a mis 61 años significa 697 millones de inhalaciones y exhalaciones. 697 millones de momentos únicos, de presentes fugaces, de suspiros, alegrías, añoranzas, esperanzas, sueños... En cada respiración vivimos una vida. Porque la vida al final, nos lo dicen todos los maestros espirituales de todas las tradiciones, de todos los tiempos, se vive solo en ese fugaz momento presente. Ese momento único que es ahora y que un segundo después ya no es más.

Vivir no es pasado, vivir no es futuro. Vivir es presente. Vivir aquí y ahora, es el secreto más divulgado para alcanzar la felicidad. El placer y el dolor que experimentamos en un momento u otro es totalmente fugaz, es absolutamente impermanente. Al respirar con plena consciencia, atesoramos cada momento presente y lo vivimos como un regalo.  La gratitud se practica en la experiencia del presente. No importa lo que esté pasando, incluso en medio de pruebas difíciles de enfermedad, dolor o muerte, el presente es donde podemos experimentar la vida. No antes, no después.  Inhala dolor y exhala sanación. Inhala placer y exhala gratitud. Inhala miedo y exhala confianza. La respiración limpia todo lo que pasa por ella.  Ahora mismo mientras lees estas líneas, haz una pausa. Cierra los ojos y haz una respiración en plena consciencia... una respiración lenta y profunda.  Inhala todo el aire que puedas, lo más lento que puedas. Disfruta la sensación sutil y exquisita del aire atravesando tus fosas nasales e ingresando en tu cuerpo. Sigue el recorrido y el movimiento expansivo que como una oleada de vida recorre tu pecho y tu abdomen. Haz consciencia de esa bocanada maravillosa de oxígeno que literalmente te llena de vida.

Exhala muy lentamente, hasta que no quede más aire en tus pulmones. Siente el alivio del soltar y el movimiento relajante de los músculos de tu pecho y tu abdomen que dejan escapar todo el aire contenido.  Toma consciencia del milagro de la respiración, del milagro de estar vivo. No tienes idea de cuantas respiraciones más tendrás antes de que exhales por última vez.  Puede ser una sola o muchos millones más. No hay manera de saberlo. Lo único que tienes y de lo que estás completamente seguro es de esta respiración que estás teniendo ahora, ni siquiera de la siguiente.  Esta respiración es la único que tenemos. Todo lo demás es ilusorio... ya pasó o no ha pasado aún. Por lo tanto no existe.  La vida es solo eso, una respiración a la vez y punto. No hay pasado, no hay mañana.  La vida es aquí y ahora.