Por momentos parece que la presión externa (de los resultados visibles) y la presión interna (de la auto-exigencia y las propias expectativas), nos vuelve reactivos y un poco histéricos. Por momentos nos volvemos hiper-reflexivos, metidos para adentro, descubriendo y sintiendo intensamente…. y al momento siguiente nos entra el desespero y “saltamos” al otro extremo, a una hiper-acción, puesta afuera, haciendo, haciendo, haciendo y estrellándonos con lo que no funciona como quisiéramos… Entonces aparece una pregunta entre estas dos compulsiones, que es como un espacio de libertad y de poder, entre la acción y la reacción… En la medida en que hacemos más grande ese espacio, logramos entrar en un mundo de nuevas posibilidades. Y en ese mundo aparecen “puentes naturales”... qué tal por ejemplo si hablamos de una reflexión activa, que podría tener que ver con la forma como transformamos los descubrimientos y necesidades internas en principios orientadores de la acción?.... O qué tal si hablamos de acción reflexiva, que podría estar relacionado con el hacer lo que tengamos que hacer (cualquier cosa… el trabajo, la reunión, la visita...), mirando y aprendiendo en paz?... Porqué no parar un poco esta carrera loca que busca mantener nuestros sentido excitados, ya sea pensando, ya sea corriendo... ¿porqué no permitirnos algo de silencio, de paz y un poco menos de excitación?
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