(notas y reflexiones de una entrevista a Mario Saban...)
Somos fractales de Dios y co-participamos de la naturaleza De Dios.
Cada uno tiene un camino propio y desde él percibimos cosas muy diferentes, por lo cual no es necesario buscar “la” verdad unificada, que las religiones pretenden establecer para todos…
Cada alma tiene una relación directa con Dios, sin necesidad de intermediarios ni de voces doctas que pretenden “saberlo” todo.
Quien dice que hay “algunos” condenados por no compartir una creencia, ya está él condenado!!
En defensa de la institucionalización de las religiones se han cometido demasiados crímenes en la historia, solo por pretender ser los dueños de la verdad.
Se volvió más importante la “identidad religiosa” que la conexión con Dios…
Se ha idolatrado la identidad religiosa y nos hemos olvidado de Dios…
A Jesús no le importa si alguien es católico, cristiano, adventista, judío o musulmán… solo importa su genuina creencia en el amor y en la vida…
El mesías no va a llegar nunca, el mesías es un estado de consciencia (aquí y ahora), reflejado en la capacidad de amar…
La oscuridad es luz oscura, porque en la orcuridad también hay luz… No hay palabra equivocada, la oscuridad es necesaria para poder ver la luz… David no es mejor que Goliat, Goliat también es expresión de la naturaleza dual del ser humano que sirve para establecer los límites de la soberbia…
Los dogmáticos nacen de la necesidad de encontrar seguridad en una versión de la palabra, porque fuera del dogma no pueden sostenerse por si mismos.
Cuando alguien cree que su percepción fragmentada es la correcta, entonces es politeísta… es un idólatra que se ha alejado de Dios…
Una persona que quiere ascender espiritualmente, tiene que estar en las leyes generales y no en las particularidades, porque es allí donde discriminamos…
Mi identidad es universal, porque cuando pertenezco a un grupo me separo y me vuelvo politeísta… termino amando más a mi sistema de creencias que al amor y a la vida misma…
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