parece que el universo se empeña en reforzar mi obsesión
ecuménica e integradora. no había terminado de escribir el post anterior sobre
jesucristo, cuando una muy querida amiga me envía un lindo documental sobre la
vida de buda, el cual me invita a la reflexión.
el documental en sí mismo es una deliciosa obra de arte,
ilustrado con el trabajo de artistas y escultores que a través de 2 milenios
han representado la vida del buda. incluye iluminadoras conversaciones de
monjes, estudiosos del budismo y refrescantes comentarios del dalai lama. estas
son algunas notas y comentarios al margen (el link del video está al final del
artículo):
buda era un buscador espiritual movido fundamentalmente por
sus preguntas y por sus dudas. fue un cuestionador de las verdades aceptadas
como tales por la cultura y las tradiciones religiosas de entonces
en el principio buda era un buscador, sin enseñanza, sin
entendimiento, sin solución. no encontraba respuesta en las religiones de su
época, las cuales estaban insertas en rituales y ceremonias para adorar a los
dioses y a la naturaleza. la sensación era de un gran vacío espiritual y de
aprehensión frente a la vida.
el camino de algunos fue "renunciar". eran muchos
los renunciantes, que al igual que sidhárta (buda), intentaban escapar del mundo
y de la muerte. sidhárta también intentó el camino del ascetismo pero no llegó
a responder sus preguntas. había seguido a dos gurúes que lo abandonaron en el
camino y decidió regresar a mirar adentro de el mismo... confiar solo en el...
y entonces se sentó debajo del mítico arbol bodhi, a esperar
la iluminación. los demonios de mara intentaron desafiarlo enviándole todas las
provocaciones del deseo. pero el buda no se inmutó y frente al desafío de mara,
simplemente tocó la tierra con su dedo y la señaló como su testigo. y todo el
asunto era ese: volver a la tierra, que en algún momento olvidamos en nuestra
arrogancia de poder y control. que vana ilusión y tamaño engreimiento.
buda entró en contacto con todas sus vidas pasadas y vio
frente a sus ojos toda forma de vida pasar y transformarse y "ser"...
todo estaba allí, eso era todo lo que era necesario saber: somos parte del uno
de la tierra y del universo. el arbol de bodhi, fue testigo de su iluminación,
al descubrir esta simple y poderosa verdad... el lo llamo el nirvana, el
despertar a la consciencia... tan simple y poderoso como eso. era rendirse
finalmente a lo que siempre ha estado allí frente a nuestros ojos... la "realidad"
es el nirvana, el despertar a lo que somos. el sufrimiento viene de la locura
de creer en el mundo que hemos inventado, lleno de vanos deseos e ilusiones...
conquistar la simpleza de la conexión profunda con todo ser viviente, esa es la
iluminación.
superar la ignorancia es entrar el el nirvana. no hay un
lugar distinto al aquí. no hay tiempo distinto al ahora. la única entrada es tu
propio cuerpo y tu propia mente. no hay un lugar a donde ir, no hay una
destinación; este momento precioso y eterno es todo lo que tenemos...
tan simple como eso. pon atención al lugar en el que estás,
las personas con las que estás, lo que esta sucediendo ahora, haz presencia
perfecta en tu vida...
pon atención; pon atención....
el camino es del medio. el del equilibrio. (ni tanto que
queme al santo ni tampoco que no lo alumbre, como diría mi abuela aura). no se
trata del ascetismo de los gurús, ni la renuncia al mundo de los renunciantes;
es precisamente todo lo contrario: se trata de la aceptación incondicional del
aquí y el ahora como el único escenario posible donde nuestra vida tiene
sentido. no se trata tampoco de la esperanza de la tierra prometida o el
"club del cielo", como aquellos lugares donde nuestro sufrimiento
tendrá fin.
el fin del sufrimiento (entendido más como la percepción de
insuficiencia) es el logro de la mente que acepta la impermanencia como verdad
y que viviendo en el desapego, es capaz de estar" presente" y
disfrutar de cada instante de su vida. en ese sentido no se trata de renunciar
al deseo, como algunos interpretan las enseñanzas budistas, sino de no apegarse
a el.
buda, al igual que jesucristo, fue un transgresor
revolucionario de las prácticas religiosas de la época. jesús se opuso al
sanedrín y a los costumbres judías, así como buda desafió a los brahmanes y
gurúes que predicaban (y predican hoy en día) el ascetismo y el fiel
seguimiento de sus rituales atávicos. buda, al igual que jesús, planteó el amor
incondicional a todos los seres vivos, a nuestros hermanos y a nuestros padres,
como la práctica única para llegar a dios o para conquistar el nirvana (lo cual
viene siendo lo mismo).
cuando dejamos de vernos solo a nosotros mismos, entonces
surge atomáticamente la compasión por todos y todo los demás, surge el amor sin
límites, la idea de ser uno con el universo, uno con dios. se trata entonces de
cambiar lo que buda llama los tres grandes venenos: la avaricia, la ira y la
ignorancia, por sus tres luminosos opouestos: la generosidad, la compasión y la
sabiduría.
y para lograr todo esto, sólo existe el camino de la
práctica. buda, nunca esperó que los seguidores del budismo lo hicieran por
devoción. al igual que jesús cuando invitó a sus discípulos a "hacer como
yo hago", en lugar de adorarlo como a una nueva deidad, buda instó a sus
seguidores a debatirlo, argumentar, desafiarlo e investigar basados en la
razón. si algo me aparece como contradictorio, tengo el derecho a rechazarlo.
y buda murió, no subió a los cielos, no resucitó, como la
tradición cristiana dice que lo hizo jesús. buda dejó este mundo como todos lo
haremos en algún momento, con la convicción de que el camino es que cada uno de
nosotros sea un buda. y si cada uno de nosotros es un buda o un jesús (creo
firmemente que ese es el verdadero desafío de jesús: "hagan como yo he
hecho") el mundo en el que vivimos sería luminoso, amoroso, compasivo,
sabio y generoso. ¿no ese el verdadero cielo? ¿no es ese el nirvana? ¿no es esa
la tierra prometida?...
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