Thursday, September 28, 2006
Filosofía Perenne: Punto de Encuentro
La Filosofía Perenne, planteada por Ken Wilber como el punto de encuentro de todas las religiones, se basa en siete principios fundamentales, que estarían en la base de las creencias cristianas, budistas, hindúes, musulmanes, taoístas o judías:
Uno: El Espíritu del mundo existe. (No importa el nombre que le demos: Dios, Alá, Yavhé, Buda, Flujo Primal)
Dos: El Espíritu está dentro de nosotros .
Tres: A pesar de ello, la mayor parte de nosotros vivimos en un mundo de pecado, separación y dualidad, en un estado de caída ilusorio, y no nos percatamos del ese Espíritu Interno (pecado, sufrimiento, separación)
Cuatro: Hay una salida para este estado de caída, de pecado o de ilusión; hay un camino que conduce a la liberación (oración, meditación, ascetismo)
Cinco: Si seguimos ese camino hasta el final llegaremos, a un renacimiento, una iluminación, a una experiencia directa del Espíritu Interno, a una Liberación Suprema. (cielo, nirvana, iluminación)
Seis: Esa experiencia marca el final del pecado y el sufrimiento
Siete: El final del sufrimiento conduce a una acción social amorosa y compasiva hacia todos los seres humanos (caridad cristiana, compasión budista...)
¿Porqué, me pregunto yo, seguimos los seres humanos tan obsesionados por remarcar las diferencias de nuestras creencias, en lugar de complacernos en la profundidad de lo que nos une? Tal vez es parte del proceso del "ego" religioso que responde a la urgencia del miedo a estar equivocado y que se aferra furiosamente a aquello que le da sentido y garantiza su propia perpetuación. ¿Será que aún nos falta mucho tiempo para que soltemos el ego y abracemos el alma humana, que no puede ser sino una sola?
Amar hasta que duela...
En estos días me he sentido desbordado de amor y de gratitud por todos los regalos con los que me ha colmado la vida. No puedo transmitir con palabras la profunda alegría que siento de “ser” humano y estar experimentado esta variada gama de emociones y experiencias. Recuerdo a la madre Teresa, cuando dice que hay que amar hasta que duela, y lo entiendo ahora no como el sufrimiento que a veces acompaña el amor romántico, sino como el dolor que siento en este momento cuando mi alma se desgarra de amor, cuando siento una presión en el pecho que me traspasa y que me hace llorar “convulsivamente”… Es la sensación de que tanto amor no cabe en mi corazón y que puedo “morir de amor”!!!.... ufffffffffffff!....
Y cuando digo todos los regalos, son TODOS los regalos. Estar sentado frente a este computador, respirando, escribiendo, sintiendo, escuchando una música maravillosa, sintiendo el canto matutino de los pájaros y el olor de la primavera. Preparándome para un día de nuevos desafíos, juegos y esperanzas. Amo la familia que tengo. Amo cada palabras y cada gesto. Amo a la mujer que ha crecido conmigo. Amo cada uno de los preciosos seres humanos que la vida puso a mi cuidado. Amo la casa en que vivimos. Amo el trabajo que hago. Amo lo que estamos haciendo juntos. Amo estar vivo e inventándome cada día, sintiéndome cada vez más vivo, más consciente y pleno de lo que soy, de lo que hago, de lo que tengo y del camino que recorro en cada paso…
Sunday, September 24, 2006
Treya, donde quiera que te encuentres...
He estado buscando por toda la web una fotografía que me mostrara algo de tu alegría y que me permitiera imaginar esa sonrisa con la cual dejaste tu cuerpo, algo de esa sabiduría que fuiste capaz de sostener hasta el último minuto.
Y la encontré, por supuesto, en las páginas de Ken Wilber, rubricada con sus palabras: "para la otra mitad de mi alma"...
Tu historia, perdón, la historia de ustedes dos es un regalo para mi alma. Es toda una experiencia del "espíritu" que está en tí, en mí, en todos... y en todo. Tus palabras resuenan en mi conciencia y me confirman de una manera contundente la claridad de mis atisbos, la certeza de mis percepciones y la creciente claridad de mis interpretaciones. Sólo quiero dedicar este espacio para rendir un tributo a tu "gracia" y a tu "coraje" y a permitir que lo que he vivido de la mano de tu testimonio me acompañe en la maravillosa aventura de seguir viviendo mi presente. Puedo decir que página a página aprendí a amarte y a sentir el dolor profundo que se transmuta a sí mismo para convertirse solamente en una manifestación más del espíritu vivo. Morí contigo. Renací contigo. Que Dios te bendiga.
Saturday, September 23, 2006
Treya Wilber
Estoy terminando de leer "Gracia y Coraje" la increíble historia de amor, enfermedad, trascendencia y muerte de Treya Killam, esposa de Ken Wilber. Estoy profundamente conmovido por el testimonio que ambos comparten sobre lo que vivieron y la forma como lo fueron enfrentando, sufriendo, asumiendo y trascendiendo. De la mano del dolor inimaginable, relatado en forma profundamente lúcida y humana, aparecen toda clase de reflexiones sobre la esencia del ser humano, el sufrimiento, la divinidad y la poderosa capacidad que desarrolla Treya al observar, aceptar y "atravesar" la experiencia. Ciertamente estamos frente a un par de seres humanos excepcionales que con su testimonio desafían nuestra mirada sobre la enfermedad y la muerte...
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