el anhelo de sentido y de trascendencia del ser humano, es
una imperiosa necesidad que ha sido respondida de múltiples formas a través de
la historia. ciencia y religión han rivalizado por el dominio de "la verdad"
en torno a la forma de trascender,
planteando infinitas explicaciones que van desde las mágicas-míticas de los
dioses primitivos, pasando por los dioses un poco más sofisticados de la
antigua grecia, la exhuberancia de las deidades indias, las historias y mitos
tejidos alrededor de las figuras de buda, jesús o mahoma, hasta las delirantes
teorías místicas de la física cuántica, amén de un sin fin de prácticas,
canalizaciones, teorías bioenergéticas y ritos de todo orden. y detrás de todas
ellas un único denominador común: salir de la insoportable incertidumbre de la
existencia, tener una "explicación tranquilizadora" que nos permita
seguir adelante con nuestra vida, tomados de la mano de un poder o una
explicación superior.
este es el tema que aborda provocadoramente jonathan haidt,
a través de su charla en ted, en la cual llama la atención de partida, cuando
interroga a los asistentes sobre si se reconocen como personas religiosas (sólo
unos pocos) o como personas espirituales (casi todos!!).
haidt plantea que en el fondo lo que buscamos es la
auto-trascendencia y presenta algunas de las experiencias de quienes han tenido
momentos de "desvanecimiento" del yo durante el cual entran en un
estado de éxtasis, dejando la sensación de ser "ascendidos" a un
estado superior de consciencia, el cual es en sí mismo transformador conectando
a la persona con el amor, la bondad y la paz.
el punto, según heidt es pasar del yo a una consciencia del
nosotros, a una especie de "segundo piso" de la consciencia, donde
nos sentimos pertenecientes y plenos.
quiero decir que hemos evolucionado para ver lo sagrado
alrededor nuestro y para unirnos a otros en equipos y cerrarnos alrededor de
objetos, gente e ideas sagradas.