me gustó esta frase expresada por carlos casassus, al
iniciar su presentación en mundonext, citando un famoso proverbio italiano:
"el dinero no da la felicidad pero calma los nervios"...
y pucha, que es cierta. sinembargo, la pregunta de fondo,
era sobre la felicidad en sí misma.
"¿donde habita la felicidad?" ¿en qué consiste la felicidad?
y es que la felicidad es un tema que ha empezado a tener
mucha vitrina en los últimos años. recién hace unas semanas estuvo en santiago,
tal-ben shahar (profesor de la universidad de harvard, experto en psicología
positiva) hablando como invitado especial en el "congreso internacional
sobre calidad de vida y felicidad", organizado por la caja de compensación
los andes. entre otras cosas shahar dice: "el camino hacia la felicidad no
se construye mirando el pib de un país. no es que no sea importante, pero otra
cosa es que eso sea lo que transforme a una sociedad en una más feliz”. (en otras
palabras, el pib calma los nervios pero no da felicidad). es tan así, que
buthan, un pequeño país situado al sur del asia, creó el fib, un indicador
nacional de la felicidad interna bruta, el cual mide la calidad de vida y otros
indicadores holísticos y psicológicos.
tampoco es coincidencia que la cocacola haya creado desde
hace varios años el "instituto cocacola de la felicidad", con sede en
españa, vinculando también a otro gurú de la felicidad, el catalán eduardo
punset. y sin ir más lejos, también desde hace varios años en chile, el banco
estado microempresas creó una flamante "gerencia de felicidad", que
se ocupa del desarrollo de varias prácticas que vinculan felicidad y
productividad.
y para sumar a la tendencia, en perú, david fischman, se
presenta como experto en felicidad y uno de sus libros se titula ni más ni
menos que "la alta rentabilidad de la felicidad"...
bien interesante el fenómeno y particularmente por el
vínculo explícito que se hace entre dinero, productividad y felicidad, con la
claridad de que no son los primeros (dinero y productividad) los que producen
la última, sino que incluso es posiblemente al revés. es una buena
"volteada de arepa", como diríamos en colombia, luego de décadas
persiguiendo el sueño americano de que el éxito y el dinero, compraban la
felicidad.
y si no es el dinero, entonces ¿que nos hace felices?
volvamos entonces a las reflexiones de carlos, quien en
algún momento plantea que la felicidad
tiene que ver con la "conexión". la conexion conmigo mismo, con los
otros y con "lo" otro. en otras palabras la "práctica de vida
integral" que propone ken wilber, cuando habla del "gran tres":
yo-nosotros-ello. pero ¿qué es conexión? ¿qué es sentirse
"conectado"?
definitivamente es algo que no podríamos definir muy bien, es
"algo" que "sentimos" y que parece tener mucho que ver con
la "consciencia". a riesgo de volvernos retóricos, cabe preguntarnos
y ¿qué es consciencia? ¿cuál es nuestro nivel de consciencia? ¿en qué nivel de
la dinámica espiral, gravita nuestra consciencia? no cabe duda que la forma
como resolvemos nuestra comprensión y relación con el set de valores que hemos
asumido como priopios, bien podría establecerse mi grado de felicidad
alcanzado.
al final la felicidad tiene que ver con prácticas...
necesitamos dedicarle tiempo a ser felices. eso implica poner limites a
nuestras elecciones, con un importante foco en el presente. aquí y ahora. lo
cual obviamente implica dejar algunas cosas por fuera. ¿cuáles? ¿con que
criterio ponemos esos limites? carlos plantea que esto significa volver a lo
esencial, a preguntarnos simplemente: ¿que es lo que es esencial en mi vida? y
cuando nos centramos en lo esencial, parece que logramos ser mas felices. pero
enfocarnos nos cuesta mucho, estar en el presente nos cuesta mucho. empezamos
algo y lo abandonamos. iniciamos una práctica que nos hace bien y la dejamos.
no hay salida: se trata de crear hábitos. son los hábitos
los que nos pémiten sostener la "decisión" de ser felices. para citar
un ejemplo, carlos habla de lo que el yoga ha aportado en su vida. el yoga es
una practica para la felicidad: si no tenemos un cuerpo para sostenernos, no
podemos sostener nada. al tener un cuerpo mas dispuesto, mas flexible, mis
conversaciones son mas felices, generando un círculo virtuoso.
la gratitud permanente, genera un circulo de gracia que nos
predispone a un estado de ánimo que es conducente a la comunicación autentica,
a la generosidad.
ser felices pasa en gran medida por ser generosos. mi
capacidad de preocuparme por los otros, de conectarme con la necesidad de los
otros y conectarme con ese legítimo otro, más allá de mis propios temores y
egoísmos.
termino con una frase de ben shahar, que diferencia la
felicidad de las dificultades propias de la vida:
“la felicidad no es siempre sentirse bien o experimentar
bienestar todo el tiempo. una vida feliz incluye dificultades, momentos duros,
momentos arriba y abajo”
ser feliz no es estar alegre y lleno de amor y bienestar.
experimentar la tristeza y el dolor en toda su profundidad, también son caminos
que nos llevan a la felicidad.